Nuestro Señor en el Cielo,
Me presento vulnerable ante ti, necesitado de tu ayuda divina. Cura mi mente, repara mi espíritu fracturado y guíame hacia la serenidad. Concédeme el valor para afrontar mis miedos, la sabiduría para navegar por mis sentimientos y la fuerza para superar mis dudas. Que tu presencia reconfortante me envuelva, ofreciéndome consuelo y paz en medio de las tormentas de la vida. Ofréceme la sabiduría para saber cuándo recurrir a mis seres queridos o a ayuda profesional para aligerar mis cargas mentales. En tu gracia sin límites, encuentro la esperanza de abrazar cada día con un corazón rebosante de salud y resistencia totales.