Nuestro Señor en el Cielo,
Me inclino ante ti, buscando el don de la sabiduría para navegar por los intrincados caminos de la vida. Concédeme el discernimiento para tomar decisiones sabias y ver más allá de la superficie de las circunstancias.
Concédeme la comprensión para empatizar con los demás y la paciencia para escuchar. Que la sabiduría sea mi brújula en tiempos de confusión y mi escudo contra la impulsividad.
Llena mi corazón de humildad, porque la verdadera sabiduría reconoce sus límites. Con cada paso que doy, deja que tu guía ilumine el camino, formándome como un recipiente de tu perspicacia y gracia.
En tu sabiduría, encuentro fuerza y propósito.