Nuestro Señor en el Cielo,
Busco humildemente tu divino escudo de protección. Envuélveme en tu gracia, protegiéndome del mal y del miedo. Protege a mis seres queridos, mi hogar y todo lo que aprecio. Mantenme a salvo de los peligros de este mundo, tanto visibles como invisibles. Fortalece mi determinación, potencia mi intuición y guía mis pasos hacia la seguridad. Que tu luz divina disipe las tinieblas e ilumine mi camino. Con fe, me rindo a ti, sabiendo que eres mi refugio firme.