Nuestro Señor en el Cielo,
Humildemente vengo ante ti, lleno de gratitud por mi increíble madre que me has dado en tu infinita sabiduría y bondad. Rezo por su salud y bienestar, Señor, sabiendo que su fortaleza es un testamento de tu gracia.
Que la rodees de tu luz sanadora y la guíes a través de los retos que se le presenten. Concédele la fortaleza para superar la adversidad y concédeme la sabiduría para valorar y apreciar cada momento de nuestro tiempo juntos. Bendícela con vitalidad y paz, libre de dolor y enfermedad.
La encomiendo a tus cuidados, sabiendo que tu amor divino puede curar cualquier dolencia. En tu nombre, elevo esta oración, confiando en tu infinita compasión.