Nuestro Señor en el Cielo,
Te suplico la liberación de las cadenas que atan mi alma. Libérame de los miedos que paralizan, de las dudas que paralizan y de las heridas que atormentan. Concédeme el valor para afrontar la adversidad y la sabiduría para navegar por las tormentas de la vida. Levanta el peso de las cargas, permitiendo que mi espíritu se eleve. Líbrame de las tinieblas, abrazándome en tu luz divina. Ayúdame a liberarme de todo lo que obstaculiza mi crecimiento y mi propósito. En tu fuerza sin límites, encuentro refugio, y en tu liberación, descubro el impulso para abrazar el camino de la vida.