Nuestro Señor en el Cielo,
Mientras la Tierra despierta de su letargo invernal, nos asombramos ante tu maravillosa creación. Con la llegada de la primavera, ofrecemos nuestros corazones en agradecimiento.
Bendice esta estación de renacimiento y renovación, en la que la naturaleza estalla en vibrantes colores y melodías. Que el calor del sol infunda esperanza y alegría en nuestras almas y que el encanto de la naturaleza inspire humildad en nuestros corazones.
Concédenos la sabiduría para apreciar la belleza de cada flor y la oportunidad de crecer en nuestras vidas. A medida que avanza la primavera, ojalá encontremos un propósito en su resistencia y su promesa.
En tu abrazo divino, damos la bienvenida a las bendiciones de la primavera.