Nuestro Señor en el Cielo,
Vengo ante ti en busca del don de la confianza inquebrantable. Llena mi espíritu de fuerza para creer en mí y en mis capacidades. Deja que la duda y la inseguridad se disipen ante tu presencia fortalecedora. Concédeme el valor de aceptar los retos y la resistencia para recuperarme de los fracasos. Que mis pasos sean firmes, mi voz firme y mi propósito claro. Con vuestra guía, emprenderé este viaje con valentía, sabiendo que vuestro apoyo inquebrantable es mi base. En tu gracia divina, encuentro la seguridad para brillar y creer en mi verdadero valor.